domingo, 1 de mayo de 2011

IX Estación

st09.jpg (20152 bytes)Cristo se desploma de nuevo a tierra bajo el peso de la cruz. La muchedumbre que observa, está curiosa por saber si aún tendrá fuerza para levantarse.
San Pablo escribe: «El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios. Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre; y se humilló a sí mismo obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz?»
La tercera caída parece manifestar precisamente esto: El despojo, la kenosis del Hijo de Dios, la humillación bajo la cruz. Jesús había dicho a los discípulos que había venido no para ser servido, sino para servir. En el Cenáculo, inclinándose en tierra y lavándoles los pies, parece como si hubiera querido habituar-los a esta humillación suya.
Cayendo a tierra por tercera vez en el camino de la cruz, de nuevo proclama a gritos su misterio. ¡Escuchemos su voz! Este condenado, en tierra, bajo el peso de la cruz, ya en las cercanías del lugar del suplicio, nos dice: «Yo soy el camino, la verdad y la vida» «El que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida»
Que no nos asuste la vista de un condenado que cae a tierra extenuado bajo la cruz. Esta manifestación externa de la muerte, que ya se acerca, esconde en sí misma la luz de la vida.

Comentario: es Una Estación muy dolorosa  no solo para Jesús sino también para nosotros ya que él sigue cargando nuestros pecados pero con el cansancio y con demasiados pecados ... cae por tercera vez.

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